El ‘mea culpa’ de los arquitectos
- Una exposición en A Coruña reivindica la arquitectura como trabajo en equipo
- La muestra enarbola un discurso de autocrítica de la profesión respecto a la crisis
ANATXU ZABALBEASCOA A Coruña 26 DIC 2012 - 19:25 CET
El arquitecto Louis Kahn aconsejaba escuchar al hombre que trabaja con las manos para averiguar la mejor manera de hacer las cosas. También Renzo Piano recuerda que ningún campesino equivoca la ubicación de su casa. Y Le Corbusier tenía claro que el vínculo entre los artesanos de ayer y los creadores de hoy es el de Compañeros de oficio. Con ese título, una exposición producida por la Fundación Barrié de A Coruña indaga en la lección de una arquitectura sin arquitectos para los proyectistas más famosos de todos los tiempos. Su comisario, Pedro de Llano, da ideas para construir en un tiempo de crisis. Reta a pensar hasta dónde puede llegar la arquitectura (no en términos tecnológicos o de récords de altura sino en implicación social y humanista) y propone conocer la tradición para que los edificios sean capaces de reavivar los sentidos.