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viernes, 30 de marzo de 2012

Vecino, construye tu ciudad

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/03/08/madrid/1331231138_603630.html

Vecino, construye tu ciudad
Son ciudadanos que han decidido hacer el espacio público más habitable y democrático
Jerónimo Andreu Madrid 



El día que un ciclista descubre que el carril-bici por el que pedalea está sembrado de farolas, nace una sospecha. Cuando circula por otro que va a morir en una carretera llena de coches, esta se hace persistente. Al darse cuenta de que lleva horas circulando en un anillo que no lleva a ninguna parte ya no le queda duda: la persona que ha diseñado los carriles-bici de su ciudad solo ha visto una bicicleta en fotos.

Para combatir este mal, la asociación Geomun2.0, dedicada a la cartografía colaborativa, organizó en enero un taller con el fin de que quienes montan en bicicleta diseñen una red de carriles funcional. Los participantes llegan al local del MediaLab-Prado donde son las sesiones y se sientan en sillas blancas. En las que quedan libres dejan sus cascos de bicicleta.

Olga Terroba, la coordinadora del taller, plantea sus objetivos: además del obvio de diseñar el carril, quiere fomentar que los ciudadanos mejoren el espacio público y popularizar el software libre con que trazarán los mapas. Añadir desde casa información a las plantillas de OpenstreetMap no es más difícil que buscar una dirección en Google. Un administrador que trabaja con los criterios definidos en el taller se encargará de revisar los datos que los usuarios suban desde casa. También pueden adjuntar fotos o vídeos de Youtube con más información.

“En vez de protestar, queremos promover soluciones más prácticas que las que ofrecen políticos que desconocen la realidad”, explica Olga. “La gente propone y nosotros, los técnicos, ponemos medios”. El taller comprende cuatro sesiones en las que se discute, se organiza una salida para tomar datos de la calle y se suben estos a los mapas. Cuatro días que pretenden convertirse en la semilla de un trabajo prolongado que presentar a la Administración.

Al taller están inscritos 60 participantes, pero a la primera sesión asiste solo una treintena. En la última serán diez, el núcleo duro del proyecto. La mayoría trae sus propios ordenadores, y los dirige el espíritu asambleario del 15-M: no hay líderes en los debates, lo que hace que se combinen discusiones útiles con peroratas que mueren entre incómodos silencios. Entre todos, poco a poco van añadiendo ramales al carril.



Una posición activa

Esta experiencia de urbanismo colectivo no nace de la nada. Cada vez más colectivos comparten una idea participativa del diseño de la ciudad. Algunos son más críticos con el papel de los poderes públicos, que consideran que no están pendientes de las necesidades de los ciudadanos; otros creen que a veces los vecinos no localizan sus necesidades porque nunca pensaron que pudieran satisfacerlas.

Uno de los grupos que más éxito ha tenido con dinámicas del estilo es Basurama, un grupo de arquitectos especializado en reciclaje y proyectos sociales. Un ejemplo claro de su modus operandi se encuentra en una instalación de columpios en la Noche en Blanco de 2010. Como comisarios del evento contrataron a otro grupo de arquitectos, Zuloark, que había elaborado un proyecto con vecinos del poblado de El Gallinero. Después de hablar con la parroquia de Santo Domingo de la Calzada, Zuloark construyó toboganes y balancines a base de tuberías y neumáticos y los instaló en la Gran Vía para la noche en cuestión, con la intención de trasladarlos luego al poblado. Los niños de El Gallinero recibieron con entusiasmo los columpios, y a partir de ahí se abrió una vía de trabajo con los vecinos que ha dado lugar a equipamientos como una marquesina en la que resguardarse a esperar el autobús.

Una nueva iniciativa de Basurama son los Autobarrios en San Cristóbal, un proyecto para ayudar a los vecinos a construir equipamientos propios. Ahora está en su primera fase. “Hay que delimitar si lo que falta es un campo de recreo, un cine al aire libre o una estructura para reparar bicis”, explica Juan en nombre del colectivo. La etapa de discusiones es vital, y hay que tener “cierto callo” para dirigirla bien, explica. “Les dejamos claro que no llegamos con un regalo. Son ellos los que construyen y cuidan todo; nosotros ayudamos”, cuenta. “Hay que enseñar a no depender de una subvención”.

El objetivo es que los Autobarrios desemboquen en una dinámica similar a la que ya existe en El Campo de Cebada. Este espacio ocupa el solar en el que se levantaba la piscina de La Latina. En 2007 el Ayuntamiento la demolió con la promesa de poner en pie una más moderna, pero la crisis frenó la obra. Los vecinos protestaron por el abandono del lugar hasta que, a raíz de otra acción de la Noche en Blanco, se dieron cuenta de que podían sacarle mucho partido. En esta ocasión fueron unos artistas franceses quienes construyeron una minipiscina. Cuando la actividad se acabó, algunos habitantes del barrio impulsaron la recuperación del espacio y pronto encontraron la complicidad de miembros de Zuloark que vivían cerca.

El Campo de Cebada aparece ahora como una hondonada en medio de la calle de Toledo acotada por muros llenos de grafitis y peculiaridades como un sistema eléctrico propio. No pretende ser un espacio alternativo, sino lo más comunitario posible. Desde febrero cogestionan la plaza entre vecinos y Consistorio. Jacobo García, de 19 años y residente en el barrio, explica cómo administran el espacio: “No queremos sustituir al Ayuntamiento, sino que este se responsabilice y nos ayude”. Más allá de contar con una plaza a su medida, los vecinos quieren establecer un precedente para cuando se construya el nuevo equipamiento, porque no renuncian a él. “Perseguimos que lo que se levante se gestione como un bien colectivo al que todo el mundo aporte”, dice Jacobo.



Un paseo una tarde cualquiera basta para ver cómo funciona El Campo. A las cinco de la tarde solo pulula por ahí un integrante de Zuloark que no quiere ser identificado (algo típico del grupo: por eso se cubren la cara en una de las fotografías que ilustra este reportaje). Está parado frente a una montaña de piedras que acaba de dejar un camión. Media hora después, la plaza se llena de gente dando paladas, preparando bancales para construir una huerta, caminando por las pasarelas aéreas que llevan al contenedor en el que guardan herramientas…

Mientras arregla un manto de plástico para aislar los bancales, otro miembro de Zuloark explica por qué considera la plaza un campo de experimentación perfecto para los arquitectos. “Para eso tenemos que servir ahora: para entender los espacios, escuchar a la gente y construir con ella según sus necesidades”, dice. Tampoco quiere que se le cite por su nombre, pero quien se acerque al solar le reconocerá fácilmente porque debe de lucir la barba más larga entre los treintañeros de Madrid. “Con estos proyectos se consigue que la gente se responsabilice de los equipamientos. Son suyos y los cuida como tales; no son cosas que el Ayuntamiento ha colocado ahí sin más”. Mientras habla, a unos metros de él hay unas porterías de fútbol y líneas pintadas en el suelo. Explica que, para que el balón no se les escape, los niños que juegan cierran la pista con bancos que traen de todas las esquinas de la plaza. “Eso es lo que queremos”, cuenta entusiasmado: “Que el espacio resulte dinámico y multifuncional, que la gente lo modifique según lo necesite”.

Teoría y práctica

Con su gesto los niños le dan una encarnación práctica a la teoría. Porque, no hay que engañarse, detrás de esta familia de iniciativas existe una base teórica, figuras académicas como la del prosumidor (el ciudadano que, además de consumir, produce ideas e infraestructuras) o disquisiciones sobre el papel de internet en las relaciones humanas (estos colectivos se citan en redes sociales, alimentan blogs y promueven el software libre para crear entre todos). Puestos a analizar el asunto con ojos académico, tampoco se puede negar que son unos factores sociales muy claros los que explican por qué en entornos como el del barrio de La Latina (con población joven, comprometida y lo suficientemente próspera como para vivir en el centro) estos proyectos funcionan tan bien, mientras que en El Gallinero Zuloark encuentra infinitos problemas para trabajar. En concreto, en el poblado se enfrentan con otra escuela teórica muy potente: la de los deconstructivistas, como se podría etiquetar a los vecinos especializados en desmontar todas las estructuras que levantan los arquitectos para revenderlas a chamarileros por partes.

Por eso es interesante recordar que, desnuda de toda de todo discurso teórico y lejos de arquitectos y urbanistas, en la Comunidad de Madrid se puede encontrar una materialización casi perfecta del modelo que defienden estos nuevos albañiles de la ciudad. Está en Rivas-Vaciamadrid y se trata de un espacio muy modesto, una simple montaña. La levantaron en 2009 unos chicos aficionados al bici-cross que no tenían en dónde entrenar. Se acercaron a la Casa de la Juventud y plantearon lo que querían. Allí les dieron toneladas de grava y herramientas. A cambio, ellos aceptaron invertir las tardes de medio año en levantar un circuito en medio del parque de Montarco, hasta entonces depósito de basura del botellón más cercano. Tuvieron su premio: una pista sobre la que lanzarse con sus bicicletas a practicar derrapes y piruetas. Al preguntarle a Chapo, uno de los integrantes de aquel grupo por qué lo hicieron, su respuesta no puede ser más sencilla: “Porque nos apetecía y porque podíamos”. El principio de la acción reducido a un impulso: si quieres algo, no esperes a que lo hagan por ti; si tienes un Ayuntamiento, pídele que ayude a construir la ciudad en la que quieres vivir.



Urbanismo colectivo en Madrid

Esta es una plaza. Pionera en la materia, es un solar reconvertido de la calle de Doctor Fourquet. Defensores del decrecimiento y muy próximos al 15-M.

El Campo de la Cebada. Sobre el solar de la piscina de La Latina los vecinos han creado una plaza que tiene hasta enchufes para cargar el móvil.

Proyecto de carril-bici. Uno de los grupos de trabajo del taller Ciudad y Procomún apadrinado por el gurú Juan Freire.

Autobarrios. En el barrio de San Cristóbal, es una de las nuevas iniciativas de Basurama. Los vecinos deben elegir sus equipamientos.



 

domingo, 25 de marzo de 2012

A LAS CIUDADES SE LAS CONOCE, COMO A LAS PERSONAS, EN EL ANDAR

CENTRO ANDALUZ DE ARTE CONTEMPORANEO




Fecha: 24 noviembre 2011 - 4 marzo* 2012
Espacios: Zona Monumental, Claustrón Norte, Pabellón Real, Capilla de Afuera, Biblioteca y exteriores
Comisariado: Luisa López Moreno y Juan Antonio Álvarez Reyes
Sesión expositiva Margen y ciudad

* Las obras expuestas en la Zona Monumental permanecen hasta el 8 de abril. Las obras de los exteriores de forma indefinida


ACCESOS
Monasterio de la Cartuja de Santa María de Las Cuevas
Entradas por: Avda. Américo Vespucio, 2 | Camino de los Descubrimientos, s/n.
41092 Sevilla
Tel.: (34) 955 03 70 70
Fax: (34) 955 03 70 52
E-mail: informacion.caac@juntadeandalucia.es
Transportes: Autobuses: C-1, C-2

Horario
Martes a sábado: de 11:00 a 21:00 h.
Domingos: de 11:00 a 15:00 h.
Lunes: cerrado.
Festivos: consultar con el centro.



OBRAS DE:
Tete Álvarez · Olivo Barbieri · Sergio Belinchón · Juan Sebastián Bollaín · Miguel Brieva · Santiago Cirugeda · Joan Colom · Peter Downsbrough · Peter Frield · Federico García Lorca · Nan Goldin · Paco Gómez · Dan Graham · José Manuel Guerrero Sánchez · Gervasio Iglesias · Juande Jarillo · Juan Ramón Jiménez · Francesco Jodice · Gonzalo Juanes · Rem Koolhaas · Fritz Lang · Zoe Leonard · Rogelio López Cuenca · Alex MacLean · Ramón Masats · Xavier Miserachs · Ryuji Miyamoto · Luis Molina Pantin · Pedro Mora · Daido Moriyama · MP&MP Rosado · Nazario · Francisco Ontañón · Jesús Palomino · José Miguel Pereñiguez · Carlos Pérez Siquier · Guillermo Pérez Villalta · José Miguel de Prada Poole · Xavier Ribas · Juan Carlos Robles · El Roto · Francesc Ruiz · Alberto Schommer · Miguel Trillo · Julio Ubiña · Madelon Vriesendorp · Jorge Yeregui · Claudio Zulián






 

Decir, como en su momento escribió Robert Musil, que "no se debe rendir tributo especial al simple nombre de la ciudad" quizás sea problemático desde un lugar tan connotado y aparentemente orgulloso de sí como lo es Sevilla. Aunque el autor de El hombre sin atributos se refería a Viena en un momento de cambio, utilizar ahora la expresión desde Sevilla y en el contexto de una exposición basada en una de las líneas de la colección del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo -que tiene a la ciudad y al paso de lo rural a lo urbano como ejes- no busca más que trazar una panorámica amplia en el sentido que Musil escribía en esa novela: evidentemente "en asunto tan complejo como es una ciudad en la que se vive, se quisiera conocer todas sus peculiaridades", pero ese entrar en todos y cada uno de los detalles "nos desvía de lo más importante". En este sentido, como Viena en el texto de Robert Musil, Sevilla está en el fondo de nuestro relato expositivo aunque no se quiera "rendir tributo especial" a su nombre. 








 


De Musil y de esa novela está también prestado el título de la exposición, puesto que su polisemia puede señalar al menos tres direcciones diferentes pero conectadas. La primera dirección pone el énfasis en la acción, en el andar en sí como práctica estética. La segunda hace hincapié en la cuestión temporal, puesto que es en el transcurrir de los años como se construye la identidad humana y urbana. Y la tercera, más evangélica, señala que "por sus hechos los conoceréis", en el sentido de que se necesita experimentar cómo actúa una ciudad o una persona para conocerla. Recorrer, observar y vivir resultan, por tanto, acciones esenciales para el conocimiento. A partir de estas tres direcciones colindantes se intenta explicar el sentido de una exposición temporal de la colección permanente que transita desde el concepto de metrópolis al de ciudades imaginadas, de la vida ordinaria en la ciudad al espectáculo, de las periferias en construcción a lo natural domesticado.
 

jueves, 22 de marzo de 2012

Próxima Tutoría

Próxima tutoría

Miércoles 28 de Marzo de 2012 a las 12:30



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jueves, 15 de marzo de 2012

Fun Palace Construido-Summerland, 1968

http://arqueologiadelfuturo.blogspot.com/2012/02/fun-palces-construidos-ii-clima-1968.html




Sin duda alguna el Palacio de la diversión construido paradigmático de los años 60. Referenciado en varias revistas de la época y en libros futuristas como Arquitectura 2000 de Jencks y Experimental Architecture de Peter Cook, Summerland es un contenedor de 162m x 81m cubierta mediante una estructura tubular y una cubierta plástica. En su interior alberga una serie de equipamientos de ocio como una piscina de olas, un canal de barcas o una selva tropical. Este gran contenedor genera a su vez un clima artificial (muy relacionado con proyectos como el Eden Project), con una temperatura constante de 28ºC y un 60% de humedad. Todo el conjunto presenta una sistema de pequeños aspersores para humidificar la vegetación y un sistema de limpieza por agua para la cubierta.


Bibliografía
ARQUITECTURA 2000 Metodo y predicciones [1971] Charles Jencks
1968 07 AD [Julio 1968]
Experimental Architecture [1970] Peter Cook
http://jin.jcic.or.jp/en/travel/amusement/summerland/

Publicado por PKMN [pac-man] www.pkmn.es en 1:06:00 PM 

miércoles, 14 de marzo de 2012

Próxima Tutoría

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Miércoles 21 de Marzo de 2012 a las 12:30



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sábado, 10 de marzo de 2012

Folk Suburbia -Peter Cook

http://arqueologiadelfuturo.blogspot.com/2012/02/posturas-tecnologicas-1972-quietly.html




Interesante propuesta de Peter Cook para imbricar tecnologías "soft" en ambientes derivados del folclore popular como son los suburbios británicos, rodeados de vegetación y construidos con ladrillos, verjas de madera y balas de paja. Muy relacionado con proyectos como el Rok Plug / Log Plug en los que natural y artificial se relacionan y la tecnología se camufla en un ambiente natural hipotéticamente intacto. De esta manera Peter Cook genera nuevos modelos híbridos, caseríos victorianos equipados con arquitecturas neumáticas o caravanas hipertecnificadas [Vanfinger] que se adosan a una estructura centenaria ya existente.
Sin duda alguna Peter Cook se pregunta sobre lo vernáculo y su impostura, lo falso y lo real, lo ancestral y lo hipertecnológico, la hibridación de sistemas como opción de futuro.


Bibliografía
Architectural Design [Abril 1972]
A+U Peter Cook 1961-1989 [1989]
Archigram (1994) Centre Georges Pompidou París 1994

Publicado por PKMN [pac-man] www.pkmn.es en 10:58:00 AM


jueves, 8 de marzo de 2012

Próxima Tutoría

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Miércoles 14 de Marzo de 2012 a las 12:30



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jueves, 1 de marzo de 2012

El Pritzker más político de la historia

El Pritzker más político de la historia

El chino Wang Shu, defensor del cuidado con la tradición frente a la rápida destrucción y el imparable crecimiento de las ciudades de su país se hace con el galardón.
Anatxu Zabalbeascoa
Madrid 28 FEB 2012


Entre 1990 y 2000 Wang Shu (1964) no tenía trabajo. No quería entrar en el mundo académico ni dedicarse a la política y decidió probar suerte en “el peldaño más bajo de la sociedad”, explicó el arquitecto hace dos años en la última Bienal de Venecia. Ese peldaño era la construcción, con horario de 8 a 24h. Shu comprendió que tradición es continuidad y encontró tiempo para estudiar las tradiciones artísticas y filosóficas de otras culturas. Una década después ha conseguido el Premio Pritzker. Y ahora son sus cuatro colaboradores quienes se llevan a casa deberes para aprender de tradiciones que les ayudan a tomar decisiones como reponer los materiales de un edificio cada veinte años o no construir cimentaciones con hormigón para no herir el territorio. 



 Más allá de reconocer la mejor arquitectura del pasado, o del momento, el Pritzker ha decidido indicar cuáles deben ser las vías de futuro, y el premio para un arquitecto conocido por denunciar la destrucción del patrimonio arquitectónico chino en medio de la desaforada carrera de su país hacia un supuesto progreso es ciertamente un golpe sobre la mesa. Este año ya estaba anunciado que el galardón se entregaría en Pekín. Y un jurado de proyectistas periféricos, (Aravena, Pallasmaa, Murcutt no sólo por sus procedencias, también por su manera social y cultural de juzgar la arquitectura), optó por hacer política lanzando al estrellato a un profesional que llevó a la Bienal de Venecia sendas protestas por la destrucción del patrimonio de su país y a favor de la arquitectura “poco profesional” realizada por la gente y fruto de una colaboración. “No todo el futuro es High Tech. La tradición se puede realizar con técnicas modernas”, declaró entonces. Y más allá de hacerlo alto y claro con su trabajo, no ha cesado de lanzar mensajes: “No basta con hacer cosas populares. China puede mostrar el camino de la responsabilidad al mundo” es uno de ellos. Mientras su país se decide, está claro que él sí trata de mostrarlo. También a China. Su Museo Histórico de Ningbo –que él define como una montaña- es, en realidad un monolito levantado con restos de piedras provenientes de edificios de esa ciudad que habían sido demolidos. En ese inmueble, el arquitecto puso a prueba sus ideas en defensa de la colaboración y aceptó que los obreros decidieran la organización final de las piedras de la misma forma aleatoria que los habitantes de la zona suelen recomponer los ladrillos de sus viviendas tras uno de los frecuentes tifones. 

Wang Shu formó en 1998, junto a su mujer la arquitecta Lu Wenyu, el estudio Amateur Architecture que, ya desde el propio nombre, defiende un regreso hacia la no profesionalización de la disciplina asegurando que la participación de los futuros usuarios asegurará el mantenimiento del edificio y la posibilidad de que todo el planeta conozca una arquitectura más humana. Es una pena que el valiente jurado del Pritzker haya tenido en esta ocasión tanta visión y a la vez tan poca como para no premiar también a la socia y esposa de Shu, como sí hizo hace dos años con ocasión del premio a Kazuyo Sejima que la japonesa compartió con su socio Ryue Nishizawa.


Con Lu Wenyu convertida en la nueva Denise Scott Brown -a la que el Pritzker no reconoció al premiar a su socio y marido Robert Venturi- el galadón envía dos mensajes. Por un lado premia a un arquitecto que ha denunciado que la profesión es cómplice de la destrucción y exige una vía sostenible con la cultura y los lugares. Por otro, pierde la oportunidad de, precisamente en un país como China, demostrar que el trabajo de las mujeres y los hombres debe reconocerse por igual. Los cuatro empleados del matrimonio se han cansado de escuchar de sus jefes frases como: “La humanidad es más importante que la arquitectura” o “un edificio que no comprende a la personas es insignificante”. Wan Shu, que se formó en China y, desde su estudio en Hangzhou, a 170 Kilómetros de Shanghai, solo ha construido en ese país, anima, también desde su web, a construir con “naturalidad, espontaneidad, temporalidad y si hace falta de manera ilegal”.